29/4/06

Siempre vuelven las oscuras golondrinas


Tal vez fuera casualidad que Gustavo Adolfo Bécquer fuese a morir en 1870, precisamente el día 22 de Diciembre, exactamente noventa años antes del día de mi nacimiento. Quizás también fuera casualidad que alguien me haya dicho que yo viviré noventa años, que sumados a los anteriores, darían como resultado ciento ochenta. Y no es menos casualidad que este resultado final sea el número de grados del ángulo de giro que, en su vuelo, deberían dibujar determinadas “oscuras golondrinas”.
Pero lo que no es casualidad es que el maestro de la rima me haya inspirado para escribir este poema:

Dijo que volverían las oscuras
golondrinas. (Ni médico francés,
ni Nostradamus. Fue poeta y... ¡ves

cuán ágil de metáforas tan puras!)

Y regresan de negro sus figuras
con su blanca camisa del revés,
ahora con mochila en el envés
cargada de urbanísticas locuras.

Son aquellas que el vuelo refrenaban
jugando con el ala en el cristal,
aquellas que aprendieron nuestros nombres

y en las urnas mataron su moral.
Son las mismas oscuras golondrinas,
las que venden por oro su ‘ideal’.


Javier Feijóo
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