Algo tienes, mujer...
Algo tienes, mujer, que nunca he comprendido.
Hay demasiados porqués
guardados bajo tu falda
y en las prominencias de tu blusa,
a los que jamás encontraré respuestas
aunque mis dedos logren dibujar
la escultura de tu cuerpo, cuando me dejas.
Las dobleces cuarentonas de tu forma de pensar
son indemnes al planchado, aún al vapor,
de mis argumentos varoniles;
son, más bien, incompatibles
con las marcadas arrugas
de mi ego cuarentón.
Sin embargo, en esos porqués
y en esas dobleces
estriba mi admiración y pleitesía
por ti,
al ver que, a pesar de todo,
sigues siendo
mujer enamorada.
Javier Feijóo
(Publicada en el libro "El Vuelo de la Palabra", Año 2007)
Hay demasiados porqués
guardados bajo tu falda
y en las prominencias de tu blusa,
a los que jamás encontraré respuestas
aunque mis dedos logren dibujar
la escultura de tu cuerpo, cuando me dejas.
Las dobleces cuarentonas de tu forma de pensar
son indemnes al planchado, aún al vapor,
de mis argumentos varoniles;
son, más bien, incompatibles
con las marcadas arrugas
de mi ego cuarentón.
Sin embargo, en esos porqués
y en esas dobleces
estriba mi admiración y pleitesía
por ti,
al ver que, a pesar de todo,
sigues siendo
mujer enamorada.
Javier Feijóo
(Publicada en el libro "El Vuelo de la Palabra", Año 2007)
<< Home