19/6/06

El miajón que seco cruje en el olvido


Este verano, y no precisamente por el calor, está escurriendo, aún más si cabe, ese miajón que seco cruje en el olvido de una España abocada a su desguace, donde Extremadura no es más que el portón del maletero donde emigraron nuestros ancestros para fortalecer a quienes hoy nos desestiman.
Si Extremadura pusiese sobre la mesa la tan traída y llevada deuda histórica... ¿qué tamaño habría de tener esa mesa? Y es que, con el paso de los siglos, el verano extremeño se está convirtiendo en inmenso:

Hay un sol en cada esquina de mi casa
y una sombra muy menguada en el alero,
es el sol del mediodía que me habla
con sus cálidos modales extremeños.

Es verano bajo el chopo y bajo el agua,
es verano en el botijo y su refresco,
es verano y el calor bajo la enagua
es verano que al pudor hace requiebros.

La dehesa se ha fundido en mil colores,
uno es verde, el de la encina, el extremeño,
los demás hacen contraste con el pardo.

Son colores que conjugan con amores,
son matices que se fruncen en mi ceño,
son poemas en los ojos de este bardo.

Porque siempre, Extremadura, eres motivo,
esa causa encadenada con mis versos,
el miajón que seco cruje en el olvido
al calor de este verano tan inmenso.

Javier Feijóo
Publicado en Diario HOY (Opinión, 20 de Julio de 2005)
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