La grandeza de las Lenguas y sus contradicciones
Hace escasos meses, decía Don Miguel Leon Portilla (Historiador):
Y decía Larra en el primer tercio del siglo XIX:
Y yo añado, si los términos “asina” y “mesmo”, y tantos otros vocablos extremeños, han perdurado durante siglos en México y en Extremadura ¿por qué se ha de renunciar a ellos si, precisamente, por nuestro acuerdo, siguen siendo santo de nuestro extremeño entendimiento y, para algunos, de nuestra santa devoción?
He aquí la grandeza de las lenguas y sus contradicciones. ¡Ojalá perduren por los siglos de los siglos! Porque por cada vocablo que extingamos por nuestra desidia o vergüenza (vocablo que, por nuestro acuerdo, se entienda, y por ese motivo -según Larra- sea bueno) será como extinguir parte de nuestra historia, que sepultaremos intencionada y vergonzosamente bajo los pies de nuestros hijos, quienes tienen todo el derecho del mundo a innovar su vocabulario sin tener que renunciar al de sus antepasados.
En resumen, y para que todos los extremeños nos entendamos, a lo que me vengo a referir es al Artículo 60 de la Ley 2/1999, de 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que dice literalmente:
Menos mal que argunos entoavía semos asina, manque haiga presonas que, siendo extremeñas, lo mesmo les da que les da lo mesmo qu’el nuestro galraero se jondée’n el pozo aginao del olvío.
Javier Feijóo
"...Términos como... “asina” y “mesmo”, se utilizan actualmente en el habla mexicana, y son extremeños..."
Y decía Larra en el primer tercio del siglo XIX:
"...La literatura no puede ser sino la expresión de una época...”, “...las lenguas siguen la marcha de los progresos y de la ideas; pensar fijarlas en un punto dado a fuerza de escribir castizo, es intentar imposibles...”, “...pretender estacionarse en la lengua, que ha de ser la expresión de esos mismos progresos (perdónennos los señores puristas) es haber perdido la cabeza...”, “...Desde el momento en que, por nuestro acuerdo, una palabra se entiende, ya es buena..."
Y yo añado, si los términos “asina” y “mesmo”, y tantos otros vocablos extremeños, han perdurado durante siglos en México y en Extremadura ¿por qué se ha de renunciar a ellos si, precisamente, por nuestro acuerdo, siguen siendo santo de nuestro extremeño entendimiento y, para algunos, de nuestra santa devoción?
He aquí la grandeza de las lenguas y sus contradicciones. ¡Ojalá perduren por los siglos de los siglos! Porque por cada vocablo que extingamos por nuestra desidia o vergüenza (vocablo que, por nuestro acuerdo, se entienda, y por ese motivo -según Larra- sea bueno) será como extinguir parte de nuestra historia, que sepultaremos intencionada y vergonzosamente bajo los pies de nuestros hijos, quienes tienen todo el derecho del mundo a innovar su vocabulario sin tener que renunciar al de sus antepasados.
En resumen, y para que todos los extremeños nos entendamos, a lo que me vengo a referir es al Artículo 60 de la Ley 2/1999, de 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, que dice literalmente:
“Los bienes etnológicos intangibles como usos, costumbres, creaciones, comportamientos, las formas de vida, la tradición oral, el habla y las peculiaridades ligüísticas de Extremadura serán protegidos por la Consejería de Cultura y Patrimonio en la forma prevista en esta Ley, promoviendo para ello su investigación y la recogida exhaustiva de los mismos en soportes que garanticen su transmisión a la generaciones venideras...”
Menos mal que argunos entoavía semos asina, manque haiga presonas que, siendo extremeñas, lo mesmo les da que les da lo mesmo qu’el nuestro galraero se jondée’n el pozo aginao del olvío.
Javier Feijóo
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