A Miguel Murillo (Por su obra "El ángel de la luz")
Hoy nos diste una razón y te convido
a bebérmela contigo sorbo a sorbo;
no lo dudes, pues si no, tal vez estorbo,
y bebemos solitarios nuestro olvido.
Fue tan sólo una razón, sólo un silbido,
una dulce sinfonía en la que encorbo
el silencio con la luz, donde no hay morbo,
donde no llegó a ser vida haber vivido.
El silencio, con el vino y la metralla
era el eco oscuro y grave de aquel tiempo;
y hoy has vuelto a florecer en la pantalla
esa flor, ese clavel, siempre a destiempo,
que aromó con libertades nuestra Raya
y dio voz al sordomudo y al ‘sintiempo’.
Javier Feijóo
En el Teatro López de Ayala (Badajoz)
9 de Noviembre de 2008
.
a bebérmela contigo sorbo a sorbo;
no lo dudes, pues si no, tal vez estorbo,
y bebemos solitarios nuestro olvido.
Fue tan sólo una razón, sólo un silbido,
una dulce sinfonía en la que encorbo
el silencio con la luz, donde no hay morbo,
donde no llegó a ser vida haber vivido.
El silencio, con el vino y la metralla
era el eco oscuro y grave de aquel tiempo;
y hoy has vuelto a florecer en la pantalla
esa flor, ese clavel, siempre a destiempo,
que aromó con libertades nuestra Raya
y dio voz al sordomudo y al ‘sintiempo’.
Javier Feijóo
En el Teatro López de Ayala (Badajoz)
9 de Noviembre de 2008
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